Cementerio de Aldea del Obispo
El Cementerio de Aldea del Obispo se encuentra situado en la carretera que une dicha localidad con La Bouza, en el margen izquierdo. Se sitúa aproximadamente a 500 metros del casco urbano, frente a un edificio conocido como La Cooperativa. Este Cementerio es el que se usa en la actualidad, pero se sabe que en el municipio hubo al menos dos cementerios más. El conocido como Cementerio Viejo, que se sitúa al sitio del Caño de Arriba, en una de las esquinas que forma el cruce entre la carretera que va hacia Villar de Ciervo y la que va hacia La Bouza. En la actualidad, en el lugar en el que se encontraba ese Cementerio Viejo se está erigiendo un Centro de Día. El otro cementerio que se debe mencionar es el que se encontraba en el Real Fuerte de la Concepción, utilizado durante la Guerra de Independencia (siglo XVIII), y que se utilizó durante un breve lapso temporal, ya que se consideró que no era demasiado higiénico enterrar los cadáveres dentro de la propia fortaleza y se decidió realizar los enterramientos en el cementerio municipal de aquel momento.
El edificio actual se construyó en base a una planta trapezoidal. El vallado perimetral es de piedra revestida con cemento pintado de blanco. La puerta de acceso al recinto se encuentra en la fachada este. Dicha puerta de acceso es metálica y permanece siempre abierta. El cementerio cuenta con un depósito de cadáveres con una cubierta a dos aguas de teja curva, además de una fosa común en la esquina noroeste en la que se han enterrado los restos recuperados del Cementerio Viejo. En su interior se encuentra una cruz de piedra granítica con su respectivo pedestal y un buen número de árboles cipreses.
Como hemos mencionado previamente, existió un lugar de enterramiento en el Real Fuerte de la Concepción, que se utilizó durante un muy breve lapso de tiempo, y fue inaugurado y bendecido el día 30 de mayo de 1776, al igual que la capilla del mismo Fuerte. Al parecer, este lugar de enterramiento estaba cercado, precedido por una cruz y se situaba a la entrada de la fortaleza. Por cuestiones de higiene, los enterramientos terminaron por trasladarse al cementerio municipal.
En cuanto al conocido como Cementerio Viejo, no sabemos cuando se construyó, pero sí sabemos, por un acuerdo del Ayuntamiento, del día 30 de marzo de 1879, que se tuvo que construir un cementerio anexo para acoger también a “los que mueren fuera del gremio de la religión católica”. Acordaron que se construyera en “la parte del poniente”. Ese mismo día, acordaron que se comenzara el acarreo de piedra, tomándola de las ruinas del Real Fuerte de la Concepción (que durante muchos años sirvió de cantera ilegal al municipio). En unos veinte días se debió de dar por terminada la obra, ya que se procedió al pago de las 32,50 pesetas a los operarios que allí trabajaron, y a la liquidación con el dueño de la piedra, Felipe Risueño.
Tan solo 27 años más tarde, el Ayuntamiento recibió la orden por parte del Gobierno Civil de la Provincia de comenzar la planificación para la construcción de un nuevo cementerio. La razón que se esgrimió es que el cementerio viejo estaba en malas condiciones. En un primer momento se pide a la Iglesia parroquial que costee esta construcción, ya que serían los principales beneficiados, pero el cura párroco manifiesta que no pueden hacerse cargo y se acuerda que el Cementerio se construya por cuenta del municipio. Fue en un acuerdo del Ayuntamiento de 18 de febrero de 1906 cuando se puso en marcha la obra, con la aprobación del proyecto de obra presentado por Anastasio Maldonado y del presupuesto de 1500 pesetas que costaría esta construcción. El 10 de junio de dicho año se acuerda que el alcalde Ladislao Valiente se reúna con Dolores Méndez, dueña del terreno en el que se iba a edificar el Cementerio, para tratar con ella la cesión de la tierra. A principios de 1907 se inició finalmente la obra, y el 28 de abril se encargaron las puertas de acceso a Rafael Villafuerte por 275 pesetas. Hacia diciembre de ese mismo año se debió de terminar la construcción y se pidió permiso al Gobierno Civil de la Provincia para la apertura de la misma. El 27 de diciembre se procedió a la bendición del Campo Santo por parte del cura párroco, quedando así inaugurado el nuevo Cementerio Católico y Civil de Aldea del Obispo.
Desde entonces, los vecinos que han ido falleciendo han sido enterrados en dicho Cementerio, donde también se celebra la misa de Difuntos el primer día de noviembre, como es tradición en nuestro país.
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