Caño de Arriba
El Caño de Arriba se encuentra en la confluencia de la calle de los Caños y la calle de la Ermita. Se sitúa a la izquierda de la carretera que atraviesa el pueblo en dirección a Villar de Ciervo. Forma un conjunto patrimonial junto con el Lavadero, que se sitúa a su izquierda, la Ermita del Nazareno, que se sitúa a su derecha, y el conjunto de cruces que precede a esta. Recibe el nombre de Caño de Arriba porque se encuentra situado al norte del pueblo, mientras que el Caño del Medio está, como bien indica su nombre, más o menos en el medio del pueblo, y el Caño de Abajo o La Mingacha se sitúa en el sur del municipio.
Esta construcción canaliza la salida del agua al exterior desde el arroyo hasta el caño, el cual está realizado en sillería de granito y su cabecera se encuentra ornamentada con un frontón escoltado por pilastras rematadas por flameros. Consta también de un pilón de 128 m2 construido en piedra y revestido de cemento. Por la orilla izquierda sale un canal que conduce el agua desde el pilón hasta el Lavadero y de allí sale otro canal que sirve de aliviadero de agua. Así mismo, a los pies del pilón hay otro aliviadero de agua por el cual, en la actualidad, se desborda el agua sobrante, pero que históricamente enviaba el agua al canal que iba hasta los huertos cercanos. Tanto el Caño como el Lavadero están situados en un terreno de 15 x 15 metros, que fue cedido al Ayuntamiento a finales del siglo XIX.
La antigüedad de este caño no es conocida, pero sabemos que ya aparece mencionado este lugar en una de las respuestas que el pueblo ofrece al interrogatorio del Catastro del Marqués de la Ensenada (1750-1754). Así, en la respuesta a la pregunta número cuatro, donde se pregunta por los tipos de tierra que hay en el municipio y el número de cosechas que dan, se responde lo siguiente: “ […] y en quanto al modo deproducir de unas, y otras porlo que mira àlas de regadío, que en las uertas Cercadas de pared están enla ynmediacion del Casco de este lugar enel sitio del Caño de Arriva sin intermision”. Por lo tanto, el Caño de Arriba ya existía en el siglo XVIII, aunque esta sea la única mención que conservamos.
A finales del siglo XIX sabemos que el caño o charaiz (como se le conocía en aquel momento) tuvo que ser arreglado, como se lee en el acta de sesión del Ayuntamiento de 14 de junio de 1874: “[…] que sería preciso renovar el charaiz del caño de arriba pues que llegando la epoca de los calores […] el agua y sería preciso su recomposición”. No es hasta 1878 que el caño y el lugar en el que se sitúa pasan a manos del Ayuntamiento, como se recoge en el contrato de cesión que el alcalde Felipe Muñoz Manzano firmó con el vecino Felipe Simón Blanco el día tres de septiembre de 1878. Dicho vecino cedió al Ayuntamiento una parte de su terreno, de 15 x 15 metros aproximadamente, por la cantidad de 137,50 pesetas que se pagarían en moneda corriente de oro o plata, además de comprometerse a construir las paredes que separarían la finca del caño. Se puede entender que el caño existía desde hace varios siglos y que lo que se hizo en 1878 fue, además de adquirir el terreno, construir el pilón. El conjunto del sitio del
Caño de Arriba se completó con la construcción del Lavadero en 1885.
Desde la adquisición del terreno del Caño de Arriba, el Ayuntamiento se ha ocupado de su mantenimiento, así como de subastar las aguas sobrantes del mismo por 20 pesetas cada año hasta mediados del siglo XX aproximadamente, o de multar a aquellos que robaran el agua o que la ensuciaran con una multa de 1 o 2 pesetas, más o menos el jornal de un labrador en aquel momento.
En la actualidad, aún se utiliza el agua del Caño de Arriba para regar los huertos que se sitúan a escasos metros, además de que el ganado bebe el agua del pilón o los vecinos se acercan con sus botellas y garrafas para recoger agua directamente desde el caño y beberla en sus casas. El caño sigue siendo un lugar de reunión para los vecinos, que se sientan en los poyos anexos a disfrutar de la sombra que ofrecen los muros y del agua fresca que proporciona el caño.
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